Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2021

La carrera.

 Corría a la altura del coche, y se dejó tropezar, allí, contra el suelo quedaron alborontado sus sesos, aquel pergamino de masa encefálica sin descodificar. Sus tacones de terciopelo azul estaban salpicados de trozos de tripas, el conductor del vehículo un cansado asalariados de prensa vomitaba el bocadillo que le había preparado su gentil mujer, no había apagado la radio, que curiosamente pasaba una cuña del McDonald's con su nueva hamburguesa Aitana... -¡joder! Que se llame Teresa, que suena a magdalena...repetía el nacarado conductor...Se ha tirado, ¿la visitéis? ¡joder! Hacían Masterchef hoy, pero no estoy para más fiambres, murmuraba entre dientes, quizá algo descolocado por la escena del que era el único que había salido vivo. En pocos minutos se encontraba rodeado por sonidos de sirenas, claxons de coches y voces lejanas, además de una esperpèntic gama de colores , una vulgar noche de lunes convertida en espectáculo. Alguna sirena acababa bifurcándose hacia otro espacio,...

Comunicado

¿No  te estarás preguntando, la manera de comunicarte conmigo?, abre mi boca y entre tus amorfas manos de sapo monárquico, estira mi lengua que tengo enchufe en telefónica y siempre estoy en línea. Si pretendes algo más rudimentario, curte hasta el tuétano, sorbe y hasta Hamelin tendrás danzando. De cualquier pavo, arranca su polla, y cincel, que fuertemente agujeará aquello que no lo hiciera tu miembro. Y si en esto encuentras lentitud, por la escasez de actitud humana en velocidad, prende el deshecho y cómo ceniza rápido llevaré tu mensaje de amor. Te amé hasta el tuétano más allá de mi muerte, puto fantasma. 
 Paseas dejando al infante envasado al vacío pero en bolsa porosa, y solo te es grato yacer con quien te ama, conducida al pecado por tu senil cuerpo, ella yace descarnada ante cualquier movimiento de tu boca. No entiendes que se nos acaba el cuento, la fábula, que la zorra ya no viste pieles y el cuervo parece una paloma porque sus plumas están enharinadas. No somos genios, pero hemos sobrevivido y de eso nos quedan vástagos con apellidos y casas que son como nichos, también tienen nuestros nombres en la puerta al cielo del hogar, y me desespera, tan poca audacia para saber que te amo, que no existe el amor es una falacia, yo, de verdad, te amo. Y de herencia arrastramos tanto, que a veces babeo, desde niña, cuando siento mucho y cuando creo que muero, eso he visto en los viejos, pero pese a las extravagancias del destino, que de camino a mí tumba te me cuelas, y ahora, va y te quiero, y tú va y estás eclipsado por la mala vida. Que la victoria se la llevan quien no debe, como ríe...