Me dejaré penetrar con el antifaz de gata, por detrás, neurótica amanecere temprana en un asiento trasero con la culata llena.
Se que hice estragos, tragos y tragos de alcohol corren por mi pelo, vómito tuyo el mío lo llevas utrero entre las criadillas.
Nunca fui niña de noche y en vísperas de Santos una vez monte un cura y mientras el rezó el rosario yo jugué como si de bolas chinas se tratará, por aquel entonces no estaban mis labios tan dilatados pero mi hambre era bárbara.
Me gustaría someterte a un juego de artillería, tu follas conmigo y yo a una leprosería, de la gente me gustan algunas cosas y este sitio es el indicado.
¡Joder! Y no me mires así que aunque solo seas un ojo, me estás tocando el culo.
Y era un dulce bebé y jamás calmaban mi llanto con el chupete en la boca, sodomía, allí acababan, pobre de mi madre, jamás volvió a estar embarazada.
Ya calló, Señor confesor, que este confesionario es chico y en el altar es mejor nuestra ofrenda, soy prosfora en su parte más oscura.
Divina liturgia, si usted representa a Dios, yo soy una Santa.
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