Playa
No es un alma vengativa, solo que siente vergüenza de la bilateralidad humana.
Se dirige con una mirada frígida entre la frigidez y la rigidez de la imposición de las leyes caucásicas, de aquellos que mamaron de sus pezones para domarla.
Se enfrasca con onerosa lucha en batalla viperina de olas que sibilean en crestas...shieessss....shiesssss...
Y no se fatigan las olas pese a los vaivenes y los muertos que flotan como globos de feria y ella con su ojo augural, le dice al mar intempestivo, que cese de su empeño que por más que llore ahogar se va a ahogar.
Mi alma cambia de continente, es divergente, ¿hay alguien tras de mí? Pregúntale al animal de dos patas con mayor argucia que el trípode pero yo me quedé con las olas, eran platas, arrastran y en horizontes desaparecen buscando albas de colores ámbar...
Anne MR.
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